Historias y leyendas del Metro de Moscú

Metro de Moscú

Es el metro más utilizado del mundo y está considerado un “palacio subterráneo”. Sus estaciones decoradas con estatuas, mosaicos y lujosos candelabros, el uso de materiales nobles como el mármol y sus diseños cuidados hacen que nos sintamos reyes esperando un vagón. Se trata del metro de Moscú, uno de los orgullos de la capital de Rusia.

Su primera línea fue abierta en 1935. La idea de Stalin era la de mostrar la superioridad del sistema socialista: ¡cómo debía funcionar el país si algo tan cotidiano y vulgar como el metro era una mansión! Con esa ambientación y teniendo en cuenta las vicisitudes de Moscú no es extraño que su metro sea escenario de multitud de leyendas y hechos curiosos. Os vamos a contar algunos.

El proyecto venía de atrás pues ya se habían hecho algunos planes para la implantación de este medio de transporte en la época zarista. Por supuesto no había intención de usar materiales caros y lujosos, eso vino con la llegada al poder de Josef Stalin.

Se considera al metro de Moscú un museo arquitectónico y artístico, ¡pero también es un museo paleontológico! Si miráis bien veréis huellas de fauna fósil en algunas de sus columnas de mármol.

La estatua del perro del metro

Si pasáis por la estación de la Plaza de la Revolución veréis una estatua de un soldado fronterizo con un perro cuyo hocico está más bruñido que el resto del conjunto. Esto se debe a que gran cantidad de estudiantes tocan cada año la nariz al can para tener suerte durante sus exámenes.

Como ocurre con otros metros del mundo (Londres, Madrid, Tokio o México) se cuentan leyendas sobre fantasmas habitantes en los vagones o estaciones del suburbano moscovita. Una de ellos, según se dice, es un guía turístico que desapareció el día de la inauguración ¡de un tour sobre los misterios y leyendas del metro! También se cuentan agresiones de entes terroríficos a los vigilantes o a los viajeros. La dirección de Metro de Moscú ha desmentido estas historias, pero mucha gente acostumbrada al hermetismo informativo de la antigua Unión Soviética cree que realmente esas apariciones existen y el gobierno lo está negando.

Pero una de las leyendas sobre el metro Moscú más creíbles es la de Metro 2. Algunos historiadores creen que bajo las líneas oficiales se encuentran otras escondidas que comunicaban el Kremlin con la sede del KGB y otros organismos del gobierno soviético. Se atribuye su construcción a Stalin, que buscaría un modo de transporte rápido y seguro para él y sus consejeros. El Gobierno ruso ni afirma ni desmiente su existencia.

Dada su historia, sus misterios e incluso sus secretos no nos extraña que sea un espacio típico para todo tipo de historias: desde una trama de espionaje de la Guerra Fría hasta una novela de fantasmas. Lo cierto es que este metro tiene encanto “para parar un tren” (perdón por la broma).

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