Pavlova (¿Nueva Zelanda o Australia?)

Pavlova

Aunque sea una receta neozelandesa o australiana suena a ruso, ¿verdad? Se debe a que esta tarta fue elaborada como homenaje a la bailarina nacida en San Petersburgo Anna Pavlova. O al menos uno de los biógrafos de la popular artista cuenta que el chef del hotel de Wellington (Nueva Zelanda), donde ella se hospedaba, improvisó esta tarta con ese propósito. Pero he aquí un problema: muchos piensan que lo único que hizo ese chef fue cambiar de nombre un tipo de pastel que ya existía en Australia.

La rivalidad es comprensible dado que estamos ante un postre delicioso que, aunque parece sencillo, tiene su complicación. ¿Aceptáis el reto? Pues necesitaréis –para 4 personas- 6 claras de huevo, 325 gramos de azúcar glacé, 2 cucharadas de harina de maíz, vainilla, 2 cucharadas de vinagre blanco, nata montada y frutas al gusto como fresas, cerezas, moras… ¡e incluso gominolas!

Comenzamos precalentando el horno a 140º. Vamos a hacer merengue, así que recordad que tiene haber calor arriba y abajo para que haga bien.

A continuación montamos las claras a punto de nieve e incorporamos sin dejar de batir la harina de maíz mezclada con la mitad del azúcar del glacé, también le echaremos la vainilla (preferentemente en pasta) y el vinagre. No os preocupéis por este último: es para blanquear las claras pero no da sabor a la mezcla.

Para el siguiente paso tenéis varias opciones. La pavlova puede presentarse como una tarta de pisos, en cuyo caso deberéis, sobre papel de horno, dividir la mezcla en dos o tres partes iguales; o como tartaletas, para lo que necesitaréis dividir la mezcla entre el número de comensales.

En el caso de que vayáis a hacer una tarta de pisos hornead los merengues durante 90 minutos a 140º; en el caso de que hagáis tartaletas independientes hornead 45 minutos a 110º. Un detalle se suma importancia: cuando haya pasado el tiempo de cocción apagad el horno y dejad dentro el merengue un tiempo comprendido entre 20 minutos y media hora.

Sacad los merengues y dejadlos enfriar por completo. A continuación viene lo divertido: si vais a hacer una tarta de pisos tomad una base y poned encima parte de la nata montada mezclada con el resto del azúcar, echad los frutos, poned encima otra base y más nata con frutos… y así con las que queden. Si hacéis tartaletas basta con cubrirlas con la nata montada con azúcar y “espolvorear” los frutos.

¡Y después de tanto trabajo a disfrutar! Un verdadero ejemplo de que, cuando tenemos ingredientes sencillos el “arte” está en la elaboración.

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