Canterbury, una ciudad de cuento

El nombre de Canterbury evoca hitos de la literatura inglesa como los famosos cuentos de Chaucer; historias trágicas de poder y conspiración como la de Thomas Becket; monumentos grandiosos como su catedral. El visitante se atrevería a decir que toda una época de la historia  de Inglaterra reside en esta ciudad.

Sin duda la historia es uno de los grandes atractivos de la ciudad: como ya hemos dicho la catedral es un lugar de visita obligada, pero también podemos encontrar en la ciudad un estupendo museo romano, otro dedicado a la memoria de Chaucer,  la abadía desde la que partió San Agustín en sus viajes para evangelizar a los anglosajones o las ruinas de un castillo de época normanda. Además hay que mencionar sus antiguas casas, sus bien conservadas murallas e incluso el río Stour, por el que se organizan rutas para conocer todo lo acontecido en sus orillas a lo largo de los siglos.

Pero la ciudad es mucho más: de manera insospechada se ha convertido en todo un paraíso para los aficionados a las compras. Por las calles de su casco antiguo podemos encontrar desde tiendas de prestigiosas firmas hasta coquetos lugares en los que comprar artesanía típica o recuerdos con encanto de nuestro paso por la ciudad.

Famosa es también por sus numerosos y variados pubs, que van de lo más tradicional a lo moderno y de los que se dice que son parada tan obligada que mapas en los que figuran ¡como si fueran estaciones de metro! (NOTA: hemos encontrado ejemplares en la web que podéis encontrar buscando “Pub Stops of Canterbury”).

Historia, cultura y diversión. Muchas ciudades se enorgullecen de tener estos tres actractivos, pero podemos decir que muy pocas saben conjugarlas como lo hace Canterbury.