Belfast, la ciudad superviviente

Cuando uno pasea por la ciudad por esta histórica ciudad puede darse cuenta de un fenómeno curioso: la unión de lo antiguo y lo moderno, prácticamente una reivindicación de su identidad destinada a la superación de la época que le dio una triste fama. Dos ejemplos serían la reciente inauguración de un museo dedicado al Titanic (recordad que el famoso transatlántico se construyó en los astilleros de la ciudad), y la construcción del complejo Victoria Square, la mayor superficie dedicada a la actividad comercial erigida en Belfast.

Sin embargo muchos de los visitantes siguen interesados en la época más oscura del lugar e, irónicamente, los lugares que más interesan a los turistas son la zona oeste de la ciudad, famosa por sus murales y pintadas favorables al IRA, o los muros que todavía quedan en pie y servían para separar los barrios católicos de los protestantes. No hace falta decir que mucha gente recomienda a los viajeros que visitan estos lugares tener cuidado al hablar de política o religión. ¿Se trata de un turismo interesado en la historia de un lugar o al viaje "del morbo"? La línea que diferencia uno y otro es muy fina en este caso.

¿Qué os recomendamos nosotros? Cada uno es libre de visitar lo que quiera pero no debe faltar en alguna de vuestras rutas Cathedral Quarter, para visitar la Catedral de Santa Ana; el jardín botánico y el zoo, unos de los lugares preferidos de los ciudadanos; Saint George's Market, recientemente restaurado y reabierto, donde podréis haceros con artesanía y antigüedades; o disfrutar de su vida nocturna los típicos pubs del centro de la ciudad (algunos de ellos abren hasta las dos de la madrugada).

En resumen, si vais a Belfast os encontraréis con una "ciudad superviviente": un lugar que celebra haber salido adelante tras una mala época y que es consciente de que hay que vivir cada momento.