Wakakusa Yamayaki, Nara (Japón)

Wakakusa Yamayaki

Con la llegada del año nuevo mucha gente hace propósitos de enmienda, intenta cambiar su vida o quitarse las malas costumbres adquiridas durante los años anteriores. En resumen: se busca la purificación.

Japón, como podéis suponer, no es menos y desde el siglo XIV lleva a cabo un grandioso festival de purificación a través del fuego, el Wakakusa Yamayaki, que comienza el 28 de enero en la ciudad de Nara. Y lo de "grandioso" no lo decimos a la ligera, pues durante su evento principal se prende fuego a la ladera de un monte, el Wakakusayama. Los encargados de hacerlo son los monjes de las congregaciones sintoístas del Templo Todaiji, el Templo Kofukuji y la del Santuario de Kasuga.

Como suele ocurrir con tradiciones que llevan en el calendario cientos de años los orígenes del Wakakusa Yamayaki no están muy claros: podría ser una magnificación de las antiguas quemas controladas que se hacían para limpiar el suelo y fertilizarlo con ceniza antes de que comenzara la siembra; la ritualización de un método de control de la actividad de los jabalíes en el monte; o un hábito que comenzó cuando los templos antes dichos tuvieron varias disputas sobre los terrenos que les correspondían.

Pero eso es otra historia. Lo que nos ocupa ahora es el festival, que empieza hacia el mediodía con una serie de rituales, atracciones y juegos. El más curioso de ellos es un campeonato de lanzamiento de galletas de arroz, llamadas sembei, del que algunos dicen que nació cuando varios ciudadanos de Nara compitieron por ver quién lanzaba más lejos trozos de esa galleta para alimentar a los ciervos de la colina.

La quema de la ladera comienza sobre las cinco de la tarde: varias personas portan antorchas ceremoniales y van en procesión desde el parque de Nara hasta la base del monte. Acto seguido (y ante cientos de espectadores) se enciende el fuego, que progresivamente se extiende por la ladera. El vistoso espectáculo se completa con un gran castillo de fuegos artificiales. La duración del evento suele variar entre media y una hora dependiendo de lo seca que esté la hierba que se quema.

Como os podéis imaginar el fuego está completamente controlado y se suele restringir el acceso directo al monte. Pero no os preocupéis, debido a la ubicación del Wakakusayama el fuego puede verse desde prácticamente cualquier rincón de la ciudad de Nara. Así que el espectáculo está asegurado. Lo que no lo está tanto es la fecha: si el día previsto es demasiado húmedo o lluvioso el festival se retrasará una semana.

Pero tampoco importa demasiado: hay tantas cosas que ver en Nara que una semana se pasa volando.

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