Thaipusam (Malasia)

Thaipusam

Según el calendario Tamil el mes de Thai corresponde al periodo comprendido entre mediados de enero y primeros de febrero. Cuando Thai llega la población de religión hindú de Malasia se prepara para un acontecimiento fascinante y, especialmente para los occidentales, impactante: el Thaipusam.

Este festival celebra la victoria de Murugan -nombre tamil del dios de la guerra hindú Karttikeya- que lideró la lucha contra los asuras, deidades demoníacas sedientas de poder. El evento central de la fiesta es la peregrinación desde Kuala Lumpur al santuario de las cuevas Batú -unos 13 kilómetros-.

Durante la fiesta las calles se llenan de colorido, pero también de algo que nos resulta chocante: miles de fieles ensartan sus mejillas y lenguas con clavos o se clavan anzuelos de los que penden figuras, pesos... ¡e incluso carros! Cubren así un camino que, dada la afluencia de fieles, puede durar unas 8 horas. No sólo eso: el último tramo hasta el santuario de Batú es una gigantesca escalera de 272 escalones.

Podéis imaginar que el sufrimiento es terrible, pero los devotos insisten en que apenas sienten dolor gracias a un estado de trance en el que entran tras pasar dos días de ayuno y oración. Si preguntamos a otros nos dirán que los lugares perforados están muy bien elegidos debido a que son partes en los que apenas se siente dolor.

Sea como sea ver a uno de estos fieles es un espectáculo difícil de olvidar: pueden llegar a colgarse estructuras enteras con varias varillas o anzuelos. Las razones por las que se llegan a estos extremos son varias: los que atraviesan mejillas y lengua simbolizan la renuncia incluso a la capacidad de hablar para concentrarse en la devoción a Murugan; los que atraviesan el cuerpo vienen a recordarnos la temporalidad del cuerpo físico en contraste con lo permanente del espíritu. Así lo que daña al organismo no daña al espíritu, que es el que prevalece.

Aunque no hay dolor sí hay cansancio: el peso de muchas de estas estructuras agota y el cuerpo se resiente al ser agujereado. Así que cuando se llega al santuario quedan pocas fuerzas; y estas deben ser empleadas para danzar en honor a Murugan. Una vez ha terminado el rito, pueden desprenderse de sus dolorosas cargas (quizá también simbolicen los lastres del alma) y volver a sus casas.

Ahora que hemos comprendido el significado del Thaipusam lo que antes nos sobrecogía ahora nos parece digno de admiración. Muchas veces una tradición tiene un sentido tan profundo que trasciende las barreras culturales.

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