Celebración del Loy Krathong en Tailandia

El célebre Loy Krathong, como genuina festividad asiática que es, se rige inexcusablemente por el calendario lunar; los tailandeses lo celebran durante la noche de luna llena del duodécimo mes del mismo, el cual suele coincidir con nuestro undécimo, noviembre. La tradición parece provenir precisamente de La India -allí llevan a cabo uno similar, el Diwali-, desde donde fue tomada por budistas tailandeses.

La mecánica, como indicamos, es en esencia idéntica: el Loy Krathong consiste en botar al río pequeñas barcas, de madera de banano o plástico, cargadas con ofrendas variadas, desde flores o incienso a pequeñas lámparas, en honor y agradecimiento de la diosa del agua. El acto constituye un ejercicio puramente simbólico, mediante el cual los tailandeses muestran su gratitud a dicha deidad por las cosas buenas conseguidas, al tiempo que llaman a la suerte y se desprenden de todos aquellos humores y energías negativas de su ser. En el pasado, era corriente que aquellos que hacían zarpar las barcas incluyeran en la modesta carga sus propias uñas y cabellos, la representación de todo lo malo que buscaban alejar.

El Loy Krathong goza de la distinción de costumbre nacional, pues llegada esta noche de luna llena se lanzan barcas a los ríos de toda Tailandia, desde las propias y modestas de cada ciudadano a las suntuosas embarcaciones que confeccionan organismos oficiales y grandes empresas. La masiva liberación de las plegarias flotantes, junto a los típicos concursos de belleza y el espectáculo de fuegos artificiales, dan forma a esta bella práctica que uno no debe perderse si se encuentra en cualquier rincón del país durante esa madrugada de noviembre.